Una mujer
A usted estos versos por la gracia de consuelo De sus ojos grandes que rieron y lloraron un dulce sueño, por tu alma pura y buena para usted Estos versos desde el fondo de mi congoja. Es, ¡ay! La pesadilla horrible que me persigue No tiene tregua y se vuelve loco, loco, celoso, se multiplica como una procesión de lobos Y ahorcándose después de que ensangrentaron mi destino! Oh! Sufro, sufro terriblemente, por lo que Esa primera lamento de la Primer hombre expulsado del Edén es un elogio al precio de la mía! Y las preocupaciones que pueda tener son como golondrinas… Paul Verlaine.
Frost
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