Diego ChacónPublicado: 16 de abril, 2023 / Modificado: 16 de abril, 2023
El proyecto «Notas sobre el Fuego» es una indagación histórica y poética del origen del arte basado en los textos de Historia Natural de Plinio el Viejo y tiene como finalidad abordar al arte como un acto de hacer presente lo ausente, un rastro o huella de aquello que fue pero que ya no existe y solo puede manifestarse en imagen. Un deseo, una memoria, una herida, un cuerpo ausente, un pigmento negro cargado de nostalgia, fuego quemante y escritura emotiva.
La historia de Plinio el Viejo cuenta la leyenda de una mujer joven de Corinto, hija de un artesano llamado Butades, que conversa con su amado al rededor del fuego, un guerrero que está a punto de marcharse, dispuesto a morir en una guerra. La joven al sentir la posible muerte de su amado toma un pedazo de carbón y siguiendo la sombra proyectada de la luz del fuego, traza en la pared la silueta de su rostro, para así conservar su imagen, o acaso, como dicta la tradición primitiva, también su alma.
Partiendo de los elementos simbólicos de la historia, y haciendo mío el dolor de la muchacha corintia, tomo como punto de partida la muerte de mis padres y exploro las posibilidades plásticas del carbón y del fuego, realizando una serie de procesos
Emotivos a modo de despedida.
Como primer momento para la realización de las piezas, escribí una serie de notas sobre la relación emocional que mantuve con mi padre cuando él aún estaba con vida, aludiendo a la escritura como un proto-dibujo, una grafía que teje recuerdos, memorias y experiencias afectivas; dichas notas son llevadas a una superficie de madera de pino para posteriormente ser quemadas, generando una serie de cicatrices, heridas e imágenes evocativas en el soporte/cuerpo.
En un segundo momento, realicé una serie de retratos de mi madre utilizando el cuerpo de cenizas que dejó el acto de quemar las palabras de mi padre, y que en un proceso cíclico y simbólico de la materia se convirtieron en un pigmento negro cargado de nostalgia, posibilitando así, la manifestación de su imagen.
El tercer acto consistió en unir a mis padres en una serie de dibujos al carboncillo partiendo de fotografías de mi archivo personal para finalmente quemarlos, coincidiendo con las
Palabras de Georges Didi-Huberman: «El fuego con el que la imagen arde sin duda provoca agujeros persistentes, pero él mismo es pasajero, tan frágil y discreto como el fuego con el que arde una mariposa que se acercó demasiado a una vela ».